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HISTORIA DEL COOPERATIVISMO
La importancia del mutualismo en las organizaciones sociales de los inmigrantes en la región de la Patagonia Austral (1880-1920)
Número 220 / Año 2016 / Por Franciscovic, Karina - Ampuero, Isabel
El presente trabajo se centra en la evolución histórica del mutualismo en la región de la Patagonia austral entre 1880 y 1920, y en el rol que este tuvo especialmente entre los inmigrantes. Se enfoca, por un lado, en la particularidad del territorio y en su funcionamiento como una región autárquica y, por el otro, en las características particulares de las organizaciones que se conformaron en el sur de Chile y en el sur de Argentina.
"The importance of mutualism in the social organizations of immigrants in the Southern Patagonia region (1880-1920)". In this article we focus on the historic evolution of mutualism in the Southern Patagonia region between 1880 and 1920, and the role it played, especially for immigrants. Close attention is paid, on the one hand, to the particular characteristics of the territory and how it functioned as a self-governed region, and, on the other, to the distinguishing features of the organizations that were created in the south of Chile and Argentina.
"A importância do mutualismo nas organizações sociais dos imigrantes na região da Patagônia austral (1880-1920)". O presente trabalho se centra na evolução histórica do mutualismo na região da Patagônia Austral, entre 1880 e 1920, e no papel que as mutuais tiveram, em particular, no caso dos imigrantes, com foco nas particularidades do território e seu funcionamento como uma unidade autárquica, e, também, nas características particulares das organizações que se constituíram no sul de Chile e no sul da Argentina.

Revista Idelcoop, nº 220, noviembre 2016. ISSN 0327-1919 / Sección Historia del cooperativismo

Instituto de la Cooperación. Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica- IDELCOOP

 

La importancia del mutualismo en las organizaciones sociales de los inmigrantes en la región de la Patagonia austral (1880-1920)

 

Karina Franciscovic[1] e Isabel Ampuero[2]

 

Artículo Arbitrado:

Fecha de recepción: 04/05/2016

Fecha de aprobación: 17/10/2016

 

 

Introducción

 

Este trabajo analizará el rol de las asociaciones civiles conformadas desde la década de 1880 hasta la década de 1920 por los inmigrantes europeos. Se enfocará, particularmente, en las asociaciones mutualistas de la región patagónica austral. El objetivo es realizar una primera aproximación de la historia del mutualismo en la región, conocer en qué contexto y con qué particularidades surgieron las primeras asociaciones mutuales así como sus principales características. En esta etapa exploratoria, hemos revisado bibliografía específica e incorporado algunas fuentes documentales primarias.

El artículo inicia dando cuenta del particular contexto histórico en una región que varios autores coinciden en denominar autárquica puesto que funcionó al margen de su pertenencia estatal y estuvo marcada fuertemente por las migraciones extranjeras.

Posteriormente, se explicará brevemente el inicio del desarrollo mutualista tanto en Chile como en Argentina. Aunque el funcionamiento de la región fue autárquico desde lo social y económico, y en lo político se trate de territorios nacionales con una legislación nacional particular, es importante conocer cómo el movimiento mutualista venía desarrollándose en ambos países y cómo influye o no en una zona tan alejada geográficamente.

Luego, el trabajo se focalizará especialmente en el movimiento mutualista en la región, observando con mayor detenimiento algunas instituciones emblemáticas como las asociaciones españolas de socorros mutuos y las sociedades cosmopolitas de socorros mutuos de la región.

 

1. Contexto histórico: la Patagonia austral y el mundo

La historiadora Elsa Mabel Barbería conceptualiza a la Patagonia austral argentino-chilena como una “región autárquica” –integrados el sur de Chile, Santa Cruz y Tierra del Fuego–. Se basa en la explotación y exportación de lana y de carne a los mercados europeos que funcionaron desde fines del siglo XIX hasta la década del 20, puesto que la imposición de la aduana, la apertura del Canal de Panamá, la intervención de los gobiernos nacionales y la caída del precio de la lana la llevarían a su paulatina desarticulación.

La ciudad de Punta Arenas funcionaba como el gran centro desde donde se desarrollaron grandes capitales que luego se expandirían por toda la región patagónica. Su ubicación estratégica sobre el margen del Estrecho de Magallanes, y el puerto en un momento donde la vía de comunicación por excelencia era la marítima, la convertía en el paso obligado de los navíos que realizaban el cruce interoceánico. Desde 1865, se había establecido una línea regular Liverpool-Valparaíso que recalaba en Punta Arenas, lo cual favorecía la vinculación directa con Europa y a su vez fortalecía la actividad comercial.[3]

A partir del auge de la ganadería ovina y del pujante desarrollo de la región magallánica, la región se transformó en una zona de atracción para quienes deseaban invertir o trabajar. La Patagonia, ahora considerada territorio fértil y apto para generar riquezas, motivó a que confluyeran allí comerciantes, aventureros, emprendedores, capitalistas, trabajadores, funcionarios del Estado y misioneros.

Por un lado, encontramos a quienes vinieron a invertir como capitalistas a la región, de quienes han quedado gran cantidad de registros, en su mayoría de origen europeo. Constituyen lo que en el imaginario colectivo se considera como pioneros, aquellos esforzados prohombres que trajeron el progreso a estas tierras, cuyo ejemplo más destacado lo constituyen José Menéndez y Mauricio Braun.[4]

Entre los grupos destacados que forman parte de esta élite pionera, sobresalen los británicos (procedencia de la mayor parte de estancieros) y los españoles, italianos, portugueses, alemanes, croatas, judíos rusos-alemanes-norteamericanos, que en tanto comerciantes, industriales o profesionales encarnan los valores de la sociedad moderna. En un estadio intermedio que no siempre o no en todos los relatos forma parte del estatus pionero, encontramos otro grupo: los sirio-libaneses que en su mayoría se desempeñaron como mercachifles para, posteriormente, instalarse en las ciudades donde en tanto comerciantes comenzaron a contar con mayor prestigio.

En lo que respecta a la mano de obra, la gran mayoría llegó del viejo mundo, europeos occidentales pero también polacos y rusos, así como algunos uruguayos, chilenos y argentinos que cruzaran indistintamente las fronteras. Bajo el rótulo de inmigrantes, extranjeros o foráneos, encontramos una gran diversidad de denominaciones, en su mayoría que remiten a su origen nacional y el caso particular de los chilotes.[5]

Es importante señalar que tanto Punta Arenas como Río Gallegos son las cabeceras administrativas de los territorios nacionales[6] y en ellas se asentaron las autoridades territorianas nombradas por el Poder Ejecutivo nacional. El territorio nacional de Santa Cruz funcionó desde fines del siglo XIX, es decir, desde la incorporación de los territorios patagónicos al Estado nacional argentino posterior a las Campañas al Desierto hasta su provincialización en el año 1955. El territorio nacional de colonización de Magallanes fue creado en 1853 a partir del establecimiento de la Colonia de Magallanes, también existió hasta su provincialización a fines de la década del 20, en este caso incluía en su jurisdicción a Tierra del Fuego.

Ambos territorios recibieron importantes aportes migratorios en el marco de la incorporación de la región al mercado internacional. En la ciudad de Río Gallegos, capital del territorio de Santa Cruz, el Censo General de Población (1911) dio un total de 1.274 habitantes. El 41% eran argentinos y un 59% extranjeros; del total de inmigrantes la mayoría eran de origen español (47,2%), chilenos (24,3%), italianos (10,9%), e ingleses (7,1%). Según el Padrón Electoral de 1916, de un total de 677 el 58,8% eran extranjeros y el 41,2% argentinos. En la ciudad de Punta Arenas, si consideramos los flujos migratorios en su conjunto tanto interno como externo, destaca la fuerte presencia de población de origen chilota (proveniente del archipiélago de Chiloé) donde, por ejemplo, para el censo de 1906 constituyeron el 63,85%. Y en lo que respecta a migrantes extranjeros, si observamos el censo de 1908 dio un total de 10.103 habitantes: 3.483 eran extranjeros (34,47%), predominando la población croata (austro-húngaros [30,71%]).

Dada su conformación social con una fuerte base inmigrante, su modelo económico conectado directamente con Europa, y una frontera difusa que durante mucho tiempo funcionó sin aduanas, el aspecto político y su pertenencia institucional a los Estados nacionales tuvieron un carácter más bien formal, por lo menos en las primeras décadas del siglo XX. La sociedad patagónica se constituyó como una sociedad moderna, con una sociedad civil fuerte que se organizó fundamentalmente sobre la base étnica. Numerosas organizaciones sociales y económicas dan cuenta de su origen, que evidencian la construcción de lazos solidarios entre sus connacionales. También resalta el gran desarrollo de la prensa escrita, con corresponsales y noticias no solo de los centros políticos nacionales, sino con un espacio importante de noticias del viejo mundo, como así también de las localidades cercanas. Las primeras organizaciones asociativas que conocemos surgieron en Punta Arenas en 1893, como la Sociedad de Beneficencia Portuguesa y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos.

 

2. Figuras asociativas de socorros mutuos (1880-1920)

En la República Argentina, el surgimiento del mutualismo está ligado a la historia del trabajo y, según Castelli, a los sectores de medianos y de escasos recursos, que fueron “los que primero experimentaron esa necesidad de agruparse en el Virreinato del Río de la Plata, los inmigrantes, colonos en su mayoría”.[7] Por otra parte, según Di Stefano,[8] en la década de 1850 inicia el auge de las sociedades de socorros mutuos en estrecha relación al movimiento migratorio.

Entre las principales medidas adoptadas por el gobierno, encontramos un decreto del año 1812 que ofrece protección a los individuos de todas las naciones que fijen domicilio en el territorio y les asegura el goce de los derechos en sociedad.[9]

 

Entre los años 1856 y 1875 se fueron constituyendo entidades de ayuda mutua en diversas jurisdicciones del país. Se conocen los siguientes datos: fundadas en Buenos Aires 27, Santa Fé 19, Entre Ríos 9, Córdoba 6 y Tucumán 1.[10]

 

A partir de la información brindada por Felipe Rodolfo Arella,[11] en base al censo de 1914, existían 1.124 mutuales de socorros mutuos, y para el año 1916 estaban formalmente constituidas 1.202, de las cuales se registran solo dos en el Territorio Nacional de Santa Cruz, según datos oficiales. Sin embargo, al cotejar con textos fuentes y del relevamiento bibliográfico, tanto en diarios y en revistas locales de la época (Diario La Unión de Río Gallegos, Revista Argentina Austral, La Verdad de San Julián, entre otros) surge una significativa diferencia en la cantidad de organizaciones constituidas de esta naturaleza.

Autores como Roberto Di Stefano explican que los extranjeros constituyeron un elemento decisivo en la consolidación del asociativismo y del mutualismo en Argentina. Esta importancia se explica por distintas variables como el sentido de pertenencia, el cuidado y resguardo de las tradiciones, el conocimiento adquirido en los países de origen, etc., en particular “muchos extranjeros habían participado de experiencias asociativas en Europa e intentaron reproducirlas en América”[12] aunque con variaciones significativas de los modelos europeos.

Para el caso chileno, la génesis del movimiento mutualista se encuentra en el movimiento popular urbano ligado al avance de la industrialización y a la correspondiente urbanización, en un contexto donde los trabajadores sufren las consecuencias del nuevo modelo económico en el marco de un Estado oligárquico. La mutualidad se desarrolla, entonces, entre los trabajadores urbanos con mayor capacidad de organización y ahorro, como los artesanos y los tipógrafos.

Sergio Grez Toso señala el período entre 1853 y 1924 como la “edad de oro” del mutualismo chileno, luego distingue varias etapas en su desarrollo y las caracteriza:[13]

 

  • Las primeras sociedades (1853-1858). Las primeras mutuales se crearon bajo la influencia de los líderes de la Sociedad de la Igualdad, en clara resonancia con la situación de Francia luego de la revolución de 1848, que predicaba las ideas de la reforma social. Lograron resonancia entre los sectores obreros y los artesanos urbanos, en un marco nacional de lucha entre liberales y conservadores. Luego de la derrota liberal, donde los trabajadores se habían sumado como opositores al gobierno y al descartarse una reforma política, inician el camino de la autoorganización encontrando en el mutualismo el principal medio para mejorar sus condiciones de vida. De esta forma, estas mutuales debían ser políticamente neutras y agrupar a todos los trabajadores de una rama tras el objetivo del socorro mutuo y, posteriormente, de la educación popular. Las primeras agrupaban a un sector de la élite de los trabajadores manuales, básicamente porque poseían un grado de instrucción mayor.
  • Expansión (1861-1879). La represión del gobierno a sus opositores debilitó a las nuevas organizaciones mutuales. Recién en 1861, con el inicio de los gobiernos liberales se dieron mejores condiciones para su organización. Surgieron mutuales de tipo corporativa, y a fines de los 70 por oficios. En esta etapa, el mutualismo difunde sus ideas a gran escala, crea establecimientos educativos y además expone reivindicaciones para los trabajadores, transformándose en una de las principales características del mutualismo chileno y asumiendo el rol de articulador de las demandas populares.
  • Ascenso del movimiento obrero y gran expansión del mutualismo (1883-1890). Las mutuales asumieron la organización y la dirección de los movimientos reivindicativos. Sus múltiples funciones se reforzaron con el aumento de demandas y huelgas. El mutualismo seguía siendo la única previsión para los trabajadores organizados y con capacidad de ahorro. En 1887 surgen las primeras sociedades de socorros mutuos femeninas que luego dieron paso a sociedades mixtas. El mutualismo y otras organizaciones obreras expresaban una identidad popular positiva.
  • La plenitud (1891-1924). El mutualismo continúa siendo la principal forma de organización popular en el marco en que aparecen las primeras formas de organización sindical, aunque las fronteras entre ambos son difusas. En la lucha social, el anarquismo y el socialismo proponían la lucha de clases y propugnaban que el mutualismo ya había cumplido su rol histórico.
  • La decadencia (1925 en adelante). El impacto de la nueva legislación social, como la Ley 4.059 de Previsión Social, inició la decadencia del movimiento mutualista.

 

Como mencionamos anteriormente, la región patagónica funcionaba en forma integrada al margen de sus fronteras políticas que, sumado a una alta tasa de movilidad de las personas, de los trabajos y de los capitales, hacía que las organizaciones se adaptaran a dicha situación. Un ejemplo claro es que la Federación Obrera Magallánica (FOM). Esta admitía entre sus miembros tanto a obreros de Río Gallegos como de Punta Arenas, lo cual refleja el grado de integración social.

Las primeras asociaciones mutuales surgen a fines del siglo XIX en Punta Arenas, claramente, en el seno de colectividades extranjeras de origen europeo: Sociedad de Beneficencia Portuguesa (mayo de 1893), Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos (junio de 1893), Societá di Mutuo Socorso Fratellanza Italiana, Sociedad Española de S.M. (marzo de 1895), Sociedad Dálmata de S.M. (septiembre de 1896), Societé Française de Secours Mutuels (agosto de 1897), Deutsche Kranke und Sterbekasse (diciembre de 1897), Mutual Benefit Society formada por ingleses en mayo de 1899. En esta misma época surge, en 1898, la Sociedad Chilena de S.M.

Por ejemplo, en la Societé Francaise de Secours Mutuels, no solo podían afiliarse los franceses de origen y sus hijos chilenos, sino además belgas y suizos de lengua francesa. En ella participaron distinguidos vecinos de Punta Arenas como Juan Blanchard.[14] Otro dato curioso que se observa en la Sociedad de Beneficencia Portuguesa es que además de contar entre sus socios al famoso José Nogueira[15] también entre sus miembros fundadores figuran varios ciudadanos lusitanos afrodescendientes, constituyendo el primer testimonio de su presencia efectiva en la región.[16]

En 1896 se creó la Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos. Para 1900, muchos de sus miembros se separaron y crearon la Hrvastka Dobrotvorno Drustvo (Sociedad Croata de Beneficencia), cuyos principales impulsores fueron prestigiosos comerciantes locales como Jorge Jordan, Juan Secul y Juan Turina.

Las primeras décadas del siglo XX evidencian una etapa de crecimiento de las asociaciones mutuales en la región. Lautaro Navarro Avaria, en el Censo de Población de 1908 del territorio de Magallanes, evidencia la existencia de once asociaciones mutuales en Punta Arenas y uno en Puerto Natales.[17]

El primer antecedente de organización mutual que encontramos en el territorio de Santa Cruz es la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos en Río Gallegos, constituida en el año 1904. Por su parte, aparecen con fuerza las asociaciones de socorros mutuos españolas en diversas localidades en el territorio nacional de Santa Cruz: en Río Gallegos (1906), en Puerto Santa Cruz (1909), Puerto Deseado (1915) y en Puerto San Julián (1925).

En la ciudad de Río Gallegos es donde surge la primera asociación española de socorros mutuos en el año 1906, aunque en términos formales su aprobación se logró varios años después. Según Lofredo Flora Rodriguez,[18] a efectos de permitir las atenciones en otras jurisdicciones, se firmaron convenios de reciprocidad con otras instituciones semejantes, como con las asociaciones de socorros mutuos de Puerto Santa Cruz, San Julián y Puerto Deseado.

La Sociedad Española de Socorros Mutuos en Puerto Deseado fue fundada, según archivo histórico municipal Palmiro Pedemonte, en el año 1915 por un grupo de españoles radicados en la zona. Gracias a las gestiones realizadas, el edificio fue inaugurado en mayo de 1918.

En Punta Arenas, el siglo XX traería una importante expansión del mutualismo. En 1902 surge la Sociedad Suiza de Socorros Mutuos “Helvetia”, sustituida en 1920 por el Círculo Suizo, y en Porvenir (Tierra del Fuego) se crea, en 1904, la Sociedad Cosmopolita de Socorros, lo que da cuenta de la importancia que había adquirido el mutualismo incluso en poblados pequeños. En la década 1910, decenas de nuevas organizaciones mutuales se fundaron sobre una base de carácter laboral o profesional. También, esta década es testigo de la irrupción de las mujeres. En 1918, se fundó el Centro Femenino después denominada Sociedad Femenina de Socorros Mutuos en la cosmopolita ciudad de Punta Arenas. La importancia que adquiere el movimiento mutualista en la región se evidencia en la creación del Comité de Sociedades Mutuales, inspirado en un sentimiento federal y creado en 1912 para contribuir al desenvolvimiento de la sociabilidad intermutual, y en especial, para fundar y sostener una casa de salud y asilo para uso de los miembros de las instituciones confederadas.

En Santa Cruz se registran, además de las mencionadas anteriormente, durante las primeras décadas del siglo XX varias asociaciones de tipo mutualista. En Río Gallegos: Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, Sociedad Chilena de Socorros Mutuos, Asociación Mutualista Unión Fraternidad, Sociedad Yugoslava de Socorros Mutuos. En Puerto San Julián, la sociedad chilena, la eslava y la helénica, todas de socorros mutuos.

A continuación se elaboró el siguiente cuadro con el relevamiento de las asociaciones mutuales presentes en el período trabajado.

 

Como puede observarse en el cuadro, destacan las asociaciones mutuales de origen étnico nacionalista, en su mayoría de socorros mutuos, dando cuenta de que su principal objetivo se relaciona con el cuidado de las personas y de la salud, incluyendo aspectos sociales y culturales. También, el cuadro da cuenta del crecimiento sostenido en el período de tiempo analizado así como de la distribución de organizaciones de la misma naturaleza en distintas localidades de la región.

Para dar cuenta del funcionamiento de estas asociaciones, debieron organizarse de manera muy flexible desarrollando estrategias que les permitiesen poder brindar sus servicios de la forma más eficiente posible para la época. Por ejemplo, en la prensa periódica se publicaban los turnos correspondientes: “Director de turno durante el presente mes: Serafin Araujo. Las familias de los socios enfermos deben dirijirse al director de turno en demanda de auxilio. El secretario”.[20]

Un caso particular lo constituyen las asociaciones denominadas cosmopolitas, presentes en Punta Arenas, Porvenir y Río Gallegos, que a diferencia de lo analizado anteriormente no exige determinada nacionalidad para formar parte de ellas. Al analizar el caso de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Punta Arenas, se observa en su estatuto:

 

Art. 1° Establécese en la colonia de Punta Arenas una sociedad de socorros mutuos que se denominará “Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos”. El fin único de esta institución es el socorro mutuo de los asociados, promoviendo al mismo tiempo el interés por la institución y la moralidad de sus miembros; Art. 2° La sociedad admite en su seno a toda persona que lo solicite, sin tomar en consideración su nacionalidad, su religión ni clase social del aspirante solo exige moralidad y buena reputación. Del Reglamento. Para el socorro mutuo, servicio sanitario y para las discusiones en las reuniones. Art. 1° El socorro que la sociedad acuerda a sus socios consiste en médico, medicinas y un subsidio diario en caso de enfermedad comprobada.[21]

 

Por otra parte, varias de estas organizaciones mutuales inician como socorros mutuos y, paulatinamente, van incorporando el aspecto social y deportivo a sus actividades. Por ejemplo, la Sociedad Española en Río Gallegos, en 1914, comienza con actividades culturales, en el teatro de la compañía se presentaba la Compañía de Operetas y Zarzuelas, también se realizaban todo tipo de actividades festivas. En 1917, las instalaciones se alquilan para el funcionamiento del cinematógrafo, denominado luego Cine Colón.

Otra característica que observamos a partir de la lectura de las fuentes documentales es la participación activa de los mutualistas en la conformación de otras organizaciones también de la economía social. Tanto en las comunidades de origen español, británico, italiano y croata, además del socorro mutuo, desarrollan actividades deportivas, como por ejemplo, en Punta Arenas funcionaron el Club Union Sportiva Italiana, la Asociación de Foot Ball de Magallanes y el Club Deportivo Croata Sokol (1912). En Río Gallegos, por su parte, en el seno de la colectividad española se fundan el Atlético Boxing Club (1920) y el Hispano Americano (1925), y en la Colectividad Británica el Río Gallegos Tennis Club (1922), todos ellos continúan vigentes en la actualidad.

 

A modo de cierre: algunas reflexiones finales

Como resultado de esta primera aproximación al tema, hemos podido obtener algunos resultados relevantes. En principio, claramente, puede observarse que el mutualismo en la región patagónica tiene aspectos más parecidos y similares al desarrollo histórico argentino que a la situación chilena, más ligada al movimiento obrero. Tal vez la mayor particularidad sea la importancia que adquieren las colectividades extranjeras.

En toda la región, el primer objetivo que se pone en evidencia en estas organizaciones fue la de socorros mutuos, y en varias localidades de la región quienes conforman estas organizaciones son principalmente las colectividades extranjeras, siendo integradas no solo por los sectores populares, sino también por distinguidos comerciantes e industriales.

Se observa como principal característica en la organización la procedencia de los inmigrantes, aspectos que se relacionan directamente con la necesidad de mantener costumbres, pautas culturales y vínculos familiares. Dada la escasa densidad poblacional de la región, sobresale la gran cantidad de este tipo de asociaciones activas, lo que evidencia su importancia en el desarrollo de la comunidad.

 

Bibliografía

Arella, Felipe Rodolfo. Historia social del mutualismo argentino 1776-1955. 1ª ed. Buenos Aires: Ediciones CGCyM, 2008.

Barbería, Elsa Mabel, “Chile y Argentina: una región autárquica en el sur. 1880-1920”, en Revista Waxen, Río Gallegos, Universidad Federal de la Patagonia Austral, 1991.

Castelli Blas, José. Mutualismo y mutualidades. Ed. actualizada por Horacio Federico Domínico. Buenos Aires: Ediciones CGCyM, 2014.

Di Stefano, Roberto, Hilda Sábato, Luis Alberto Romero y José Luis Moreno. De las cofradías a las organizaciones de la sociedad civil. Historia de la iniciativa asociativa en argentina 1776-1990. Buenos Aires:. Gadis, 2002.

Grez Toso, Sergio. “La trayectoria histórica del mutualismo en Chile (1853-1990)”, Mapocho Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, N° 35, 1994.

Martinic, Mateo. “Sociedad y Cultura en Magallanes. 1880-1920”, Punta Arenas (Chile), Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. 12 pp 45-94 (1981)

---. Menéndez y Braun. Prohombres patagónicos. Punta Arenas. Ediciones de la Universidad de Magallanes. 2001.

            ---- “Antecedentes para la historia social de Magallanes. Negros y mulatos en el antiguo territorio de colonización”, Magallanía, vol. 33, Nº 2, 2005, pp. 5-11.

--- Historia de la región magallánica. Punta Arenas: Ediciones de la Universidad de Magallanes, 2006.

Navarro A., Lautaro. Censo Jeneral de población i edificación, industria, ganadería, y minería del Territorio de Magallanes. Punta Arenas, Talleres de la Imprenta “El Magallanes”. Tomos I (1907) y II. (1908)

Rodríguez Lofredo, Flora. Asociación Española de Socorros Mutuos de Río Gallegos. 1906-2001. 95º Aniversario. Homenaje a la raza, Río Gallegos, 2001.

Sábato, Hilda. “Estado y sociedad civil: 1860-1920”, en: Di Stefano Roberto et al. (2002).

 

Fuentes primarias

Periódicos: La Unión de Río Gallegos, Chile Austral y el Magallanes de Punta Arenas.

Estatutos y reglamento de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Punta Arenas.

Revista Argentina Austral, , Nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, año 1, editada por la anónima, Buenos Aires, 1929.

 

Otra bibliografía consultada

Blog “Ciudadanía y política: las primeras sociedades mutuales en Magallanes. 1893-1918”, Punta Arenas: Imprenta de El Magallanes, 1894.

Archivo histórico municipal Palmiro Pedemonte. “Sociedad Española de Socorros Mutuos”, Memorias de la Patagonia Austral, http://www.koluel.org/items/show/59, 8 de agosto de 2015.

 

 


[1] Magíster en Desarrollo Local. Licenciada en Economía (UNPA-UARG). Correo electrónico: mkafran@hotmail.com.

[2] Profesora en Historia (UNPA-UARG). Correo electrónico: isa_ariana@hotmail.com.

[3] Barbería (1995).

[4] Martinic (2001).

[5] Grupo étnico proveniente de la isla de Chiloé (o el archipiélago del mismo nombre), X Región de los Lagos, Chile. En su mayoría de trata de una población nativa o mestiza por la amplia presencia española, dedicada a tareas agrícolas o pesqueras. El gentilicio chilote muchas veces era utilizado en términos peyorativos, asociado no solo al origen étnico sino también a su escasa o nula formación ideológica.

[6] Estatus jurídico de los territorios incorporados en el marco de la expansión territorial de los Estados nacionales que contaran en sus respectivos países con legislación ad hoc que las regula. En Argentina, se rigen por la ley 1.532 que establece su dependencia en el Ministerio del Interior. En el caso de Chile, se rigen directamente por Decreto Supremo del PE y dependen del Ministerio del Exterior.

[7] Castelli (2014), 58.

[8] Di Stefano et al. (2002).

[9] Castelli, op. cit .

[10] Ídem.

[11] Rodolfo (2008).

[12] Di Stefano et al., op. cit.

[13] Grez Toso (1994).

[14] Importante comerciante de la región. Fue socio de Braun en la empresa naviera que además impulsó el desarrollo de la ganadería ovina. También se desempeñó como cónsul del Gobierno francés.

[15] Fue uno de los primeros colonos que se dedicó al comercio en Punta Arenas. Llegó a formar grandes empresas ganaderas, entre ellas, por ejemplo, la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.

[16] Martinic (2005).

[17] Navarro Avaria (1908).

[18] Rodríguez (2001).

[19] Cuadro de elaboración propia en base a distintas fuentes documentales. Periódicos y revistas de la época (Revista Argentina Austral, y periódicos La Unión de Río Gallegos, Chile Austral y el Magallanes de Punta Arenas) y Martinic (1981). Hemos resaltado aquellas denominadas “cosmopolita”. Para el caso de las marcas con *, el año hace referencia a su presencia efectiva puesto que no tenemos dato de su fecha de constitución oficial.

[20] Sociedad de Beneficencia Portuguesa de Socorros Mutuos, El Magallanes, Punta Arenas, 9 de enero de 1898.

[21] Extracto del estatuto.