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EXPERIENCIAS Y PRÁCTICAS
Segunda vuelta. Supercoop y la reapertura de una entidad cooperativa de consumo con historia. Entrevista a Néstor Fiumano
Número 245 / Año 2025 / Por Millán, María - Camino, Ulises
A fines de 2024 reabrió sus puertas una sucursal de la recordada cadena de supermercados Supercoop, gestionada por El Hogar Obrero hasta la década de los 90. Esta segunda etapa cuenta con la particularidad de hacerse en conjunto con otra cooperativa de consumo y de gran gravitancia como es la Cooperativa Obrera (que en la actualidad cuenta con una importante cadena de supermercados en diferentes provincias del país). Desde Revista Idelcoop nos propusimos conocer la cocina de este proyecto y lo que implica. Esta primera entrevista se centra en uno de sus protagonistas: El Hogar Obrero, en la voz de su presidente Néstor Fiumano. El dirigente recorre la historia de la institución en este rubro, la complejidad de la gestión en las diferentes épocas y el nuevo desafío de re abrir la marca en Capital Federal en un trabajo de intercooperación con la Cooperativa Obrera
Second round. Supercoop and the reopening of a consumer co-operative with history. Interview to Néstor Fiumano. By María Millán and Ulises Camino At the end of 2024 a branch of the remembered supermarket chain Supercoop, managed by El Hogar Obrero until the 90s, reopened its doors. This second stage has the particularity of being carried out together with another consumer co-operative of great importance such as Cooperativa Obrera (which currently has an important chain of supermarkets in different provinces of Argentina). From Idelcoop Magazine we set out to know the backstage of this project and what it implies. This first interview focuses on one of its protagonists: El Hogar Obrero, in the voice of its president, Néstor Fiumano. The leader goes through the history of the institution in this area, the complexity of the management in the different periods and the new challenge of reopening the brand in the city of Buenos Aires in cooperation with the Cooperativa Obrera.
Segunda rodada. A Supercoop e a reabertura de uma cooperativa de consumo com história. Entrevista com Néstor Fiumano. Por María Millán e Ulises Camino No final de 2024, reabriu suas portas uma filial da lembrada rede de supermercados Supercoop, gerida pelo El Hogar Obrero até a década de 1990.Essa segunda etapa tem a particularidade de ser realizada em conjunto com outra cooperativa de consumidores de grande importância, como a Cooperativa Obrera (que atualmente possui uma grande rede de supermercados em diferentes províncias do país). A partir da Revista Idelcoop, procuramos conhecer o processo por trás desse projeto e o que ele envolve. Esta primeira entrevista se concentra em um de seus protagonistas: El Hogar Obrero, na voz de seu presidente, Néstor Fiumano. O dirigente percorre a história da instituição nessa área, a complexidade da gestão em diferentes momentos e o novo desafio de reabrir a marca na capital federal em uma intercooperação com a Cooperativa Obrera.

Revista Idelcoop nº 245 - Marzo 2025 - ISSN Electrónico 2451-5418 /  Sección Experencias y Prácticas

Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa

 

 

Segunda vuelta. Supercoop y la reapertura de una entidad cooperativa de consumo con historia.

Entrevista a Néstor Fiumano.

 

 

María Millán[1] y Ulises Camino[2]

 

Introducción

 

El 17 de diciembre de 2024 abrió sus puertas al público un local de Supercoop ubicado en la calle Independencia al cuatrocientos en el barrio de San Telmo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el que renace lo que supo ser una extensa red de 300 sucursales a través de las cuales la cooperativa El Hogar Obrero desplegó su actividad de consumo –si bien la había iniciado en 1913- durante las décadas de 1970 y 1980.

Con la idea de recuperar la historia de la entidad cooperativa, entrevistamos a Néstor Fiumano, actual presidente de la cooperativa El Hogar Obrero (EHO) y funcionario de la misma durante la primera etapa de creación de la tienda de consumo Supercoop.

Nos proponemos reponer la historia de esa cadena de supermercados que finaliza su primera etapa de funcionamiento en 1991 y que, en la actualidad, vuelve a la actividad.

Un punto importante de esta entrevista reviste en el hecho de que la apertura de este supermercado es parte de un proyecto conjunto entre las cooperativas El Hogar Obrero y la Cooperativa Obrera,[3] lo que pone en valor además procesos solidarios que se producen en estos tiempos tan complejos y críticos que atraviesan nuestro país y el mundo.

 

 

Un poco de historia

 

La cooperativa El Hogar Obrero (EHO), fundada en 1905, operó inicialmente como cooperativa de ahorro y crédito para la edificación. En 1909 creó una sección de consumo, y en 1913 se inauguró un local ubicado en la planta baja de un edificio colectivo construido en el barrio de Barracas, donde se podía adquirir productos de manera presencial o a través de la distribución de pedidos a domicilio. A partir de 1920, cuando ya tenía más de 5.500 asociados/as, empezó a abrir nuevos puntos de venta (Plotinsky, 2024).

En 1955 EHO termina de construir en el barrio de Caballito un edificio en cuya planta baja se establece una gran tienda en la cual el sector de alimentos y afines se organiza, por primera vez, por el sistema de autoservicio, no así el resto de los rubros que se exhiben y venden por el tradicional sistema de negocios departamentales. A partir de ese momento la institución se incorpora a la historia del supermercadismo con técnicas operativas que revolucionan el sector comercial. Cabe recordar que el auge de los supermercados privados recién tendría lugar en Argentina en la década de 1980.

En 1966 se inauguró un nuevo supermercado en Remedios de Escalada, y en 1970, en el Barrio Autopista (La Matanza, Buenos Aires), se inauguró otro. A partir de ese momento, los supermercados, que llegarían a ser más de 300 en todo el país, pasan a llevar el nombre de fantasía “Supercoop”. En 1975 EHO tenía poco más de 1.000 empleades, con solo tres sucursales fuera del área metropolitana del GBA: La Plata, Junín y Mar del Plata (Repetto, 1976).

 

Por su parte, la Cooperativa Obrera, fundada en Bahía Blanca en 1920 como cooperativa panadera amplió su actividad a partir de 1932 abriendo su primer almacén, el cual se fue multiplicando en distintos barrios de Bahía Blanca. A mediados de la década de 1970 comenzó un proceso de crecimiento, expandiéndose a nuevos locales y productos en la propia ciudad y ampliando paulatinamente su radio de influencia a diversas localidades de Río Negro y del sur de la provincia de Buenos Aires. Eso llevó sus filiales de 23 en 1974 a 29 en 1997, y a 57 en 2001, por lo que pasó a ser la mayor entidad cooperativa argentina del sector (Plotinsky, 2024). Actualmente, sus aproximadamente 150 sucursales están establecidas en 7 provincias del país

En cuanto a El Hogar Obrero, en 1989 era la sexta empresa del país en el sector servicios, y la más grande entre las privadas, con un capital de 650 millones de dólares. Alcanzó a tener casi 2 millones de asociades, y la red de supermercados Supercoop contaba con más de 300 sucursales en todo el país y 13.500 empleades. Durante las décadas de 1970 y 1980 había adquirido o construido establecimientos para elaborar, envasar y fraccionar pastas; procesar tomates; granjas; faenadoras de aves y cerdos; y frigoríficos de carne vacuna (Berreta y Fernández Alonso, 2019).

La implementación del llamado Plan Bonex por parte del gobierno de Carlos Menem, en 1990, llevó inmediatamente a la entidad a perder más del 70 % de su capital, lo que provocó una situación de insolvencia por lo que en marzo de 1991 llamó a concurso de acreedores. Treinta y tres años después, se vuelve a poner el nombre de Supercoop en la marquesina de un local de Capital Federal con la misma impronta, pero con nuevos desafíos y contextos.

 

 

Para comenzar Néstor, ¿podrías compartirnos un recorrido histórico de la trayectoria de EHO en el cooperativismo de consumo?

 

Néstor Fiumano (NF): El Hogar Obrero se fundó el 30 de julio de 1905, con el objeto social de construir y dar préstamos para la vivienda. En general, la idea era construir para los trabajadores.

 

En 1909, el directorio (hoy Consejo de Administración) entiende que era necesario empezar a incursionar en el área de consumo. Este propósito no se llevó a cabo hasta 1913, cuando la cooperativa inauguró su primera casa colectiva, en las calles Martín García y Bolívar en el barrio de Barracas (Capital Federal). Y ahí sí puso en la planta baja un pequeño almacén con los productos principales, eso le dio comienzo a la sección consumo. En ese primer momento tenía un despacho de mercadería de consumo masivo, carbón, querosén, que eran elementos muy usados en ese entonces, y al cabo de muy poco tiempo, le incorporó la entrega a domicilio, dado que por el lugar donde estaba ubicado el local no todos los socios tenían acceso físico hasta esa zona de Barracas. Bueno, en la primera época se entregaba con un carro con caballos, y al cabo de un tiempo se le incorporaron unos camioncitos.

Ya para 1925, se decide buscar un local entre Plaza Once y Plaza Congreso, que pudiera permitir a los asociados de la zona norte y del oeste de la capital también tener ahí un local. Y se encuentra uno, en aquel entonces era la calle Cangallo 2070, hoy Perón, donde se decide la construcción de la segunda casa colectiva, en la planta baja se coloca un nuevo almacén.

 

En ese entonces eran almacenes de despacho, no existían todavía los supermercados como los conocemos hoy. Se continuó con la entrega a domicilio. Unas décadas más acá, cuando se empezó a popularizar la venta por proveedurías, ese sistema que era también con una caja, un mini autoservicio, la cooperativa empezó a incursionar en ese tema, y ya empezó con los supermercados.  La cooperativa donde construía una unidad de vivienda, colocaba un almacén o un pequeño supermercado.

 

Así vinieron algunos despachos más que hubo en toda esa época, hasta que se construyó el barrio de Álvarez Jonte, en Villa del Parque, y se empezaron a montar los supermercados. Ya para esto, esos primeros locales se habían convertido en pequeños supermercados y se llamaba sucursal central a la de Cangallo en esa época. Entonces caminábamos en este sentido.

 

Por un lado, cada edificio o barrio que la cooperativa construía, colocaba una boca de expendio, ya con la característica de un supermercado. Por otro lado, teníamos cooperativas que pedían la adhesión, El Hogar Obrero se hacía cargo del activo y el pasivo de la cooperativa, y ahí constituía otra boca de expendio. Y ya en la década del 70 surge la posibilidad de adquirir parte de la cadena Minimax (propiedad de Rockefeller), que se retiraba del país.

 

El Hogar Obrero decide la compra de algunos de esos supermercados, y ahí se instala el nombre Supercoop, porque hasta ese momento los locales se llamaban Cooperativa El Hogar Obrero. Se empieza entonces con la cadena Supercoop, en la planta baja de edificios construidos por EHO, o en un barrio, como el de Álvarez Jonte o de Autopista. Teníamos locales de cooperativas que había pedido la adhesión, y los de la ex cadena Minimax que EHO había adquirido. Los locales que estaban abajo de un edificio se adaptaban de acuerdo a las características del edificio.

Con el correr del tiempo fue al revés, en ese terreno donde se iba a construir un edificio, se diseñaba un supermercado y el edificio arriba, pero al principio no, por lo cual los supermercados más antiguos no tienen las características normales de un supermercado rectangular que vemos hoy prácticamente en todos lados.

De esa manera la red de Supercoop iba creciendo hasta llegar al año 1990, que teníamos cerca de 300 locales en casi todas las provincias del país.

 

Ya en la década de1970, se empezó a ver la necesidad de contar con producción propia de algunos rubros, como por ejemplo carne vacuna, pollos, panificados, pastas secas y frescas, lácteos, etc. Para ello la cooperativa constituye empresas destinadas a abastecer en esos rubros a los efectos de mejorar precio y calidad, por ejemplo la operación de carnes vacunas a través de sus frigoríficos con los cuales podía comprar la hacienda en pie, faenarla en su propio frigorífico, recuperar todo lo que no es carne, distribuir a los locales y con un precio asegurado, porque el recupero que se generaba por la venta de cuero, de hueso, de  subproductos, se aplicaban también al precio de la carne y teníamos un precio altamente competitivo. Lo mismo pasaba con el pollo, la cooperativa tenía la avícola y empezó a crear granjas en distintos lugares para criar los pollos que después se faenaban y se llegaba a todo el país. Las empresas vinculadas podían ser testigos y servían muy bien para también regular los precios y la calidad, siempre decimos, uno de nuestros lemas y razón del servicio prestado a nuestros asociados es el precio justo, ni más caro ni más barato, tenía que ser el precio justo, el que correspondía.

 

Si bien desde hacía muchos años, las marcas propias, como COOP o EL HOGAR OBRERO se usaban en muchos productos desde la creación de las empresas, las marcas propias fueron ocupando mayor espacio en las góndolas, gozando de gran prestigio y aceptación por los asociados, ejemplo Lácteos Del Plata, que con una marca de leche propia “PLATALAC” poníamos en el supermercado y competía con las más conocidas comercialmente. Lo mismo con fiambres, la cooperativa, desde nuestros frigoríficos, fabricábamos hamburguesas, fiambres de todas las clases, con marcas propias que podían ser Coop, Huinca Renancó, Wilson, que fue una marca que El Hogar Obrero compró en los ochenta y servía como precio testigo frente a otras. De esa manera siempre se tendía a tener productos de alta calidad a un precio justo bueno y competitivo en la góndola.

 

También después se incursionó en acuerdos creando plantas de empaque. La cooperativa tenía plantas de empaque de manzanas y de peras en la Patagonia, y de cítricos en Entre Ríos. Entonces la cooperativa creaba la planta de empaque y productores locales o cooperativas de productores locales eran quienes abastecían a EHO, que la mandaba directamente a los locales, sin pasar por el mercado central, con el cual íbamos evitando y achicando la cadena de comercialización para llegar a un precio mejor. Lo mismo se hacía con todo lo que eran productos enlatados, tomates, duraznos, que se hacían también en la zona del valle inferior de Río Negro. Además, con algunas cooperativas de Misiones se habían hecho convenios para envasar yerba y con otras cooperativas de Entre Ríos, arroz.

 

En Buenos Aires habíamos creado una planta panificadora y una planta de fideos secos, muy moderna que llegó a ser la tercera planta del país en cuanto a producción. Además, tercerizaba y le fabricaba productos a Terrabusi. Entonces si nosotros teníamos una cantidad de marcas propias producidas por nosotros mismos, servía para poder establecer cuál era el precio justo con respecto a las marcas comerciales que tenías que tener sí o sí en la góndola porque por más que tu fideo de marca COOP sea muy bueno, había gente que quería comprar la marca comercial del momento y a eso no te podías negar.

 

Y de esa manera se fue armando un conglomerado de supermercados, abastecidos en parte por producción propia. Asimismo, las empresas en particular los frigoríficos generaban sub productos que se usaban en las granjas o en otros sectores de producción, de esta manera se integraba toda la organización.

En los frigoríficos, además de faenar vacunos o cerdos, se producían todos los subproductos de esa faena, o sea, grasa comestible, harina de carne, como también teníamos granjas de engorde y cría de cerdos, igual que los pollos, salían subproductos de todas las empresas que podían servir para alimentos de esos animales que estábamos criando. Había una planta procesadora de alimentos balanceados que estaba cerca de Cañuelas, por la ruta 205, que concentraba todos esos subproductos y fabricaba el alimento para los pollos y los cerdos. O sea, producíamos el alimento para cría y engorde de los animales.

Asimismo, el frigorífico Huinca Renancó ubicado en la localidad del mismo nombre, en el sur de la Provincia de Córdoba, estaba habilitado para exportación de carnes a la Unión Europea, con participación de cuota Hilton. El excedente de precio generado por la exportación, permitía aplicarlo al precio de la carne a los asociados de todo el país. 

 

La cooperativa producía las marcas propias y de esa manera tenía una red de abastecimiento y de cierre del círculo de toda la cadena que completaba toda la operatoria económica de la mejor forma posible, porque estaba todo centrado para terminar en nuestra boca de expendio, o en un supermercado.

El Hogar Obrero tenía en el año 1990 alrededor de 5 millones de consumidores, unos 2 millones y medio de socios, pero por las características que había tecnológicas y todo lo que era sistema de transporte de aquel entonces, nuestro cuello de botella era poder mantener un control eficiente cuando toda la operatoria se llevaba en papel.

 

Tardábamos por ejemplo una semana en enviar y recibir la información de un local que estaba en Salta. Y tecnológicamente no existía un sistema informático, como en la actualidad, si bien la cooperativa tenía su centro de cómputos de los más modernos que había, pero sin la tecnología como para poder procesar toda esa documentación, como hoy que se hace en segundos. En aquel entonces, si vos ibas a un supermercado a comprar con una tarjeta de crédito, la cajera tenía que buscar en un libro si tu tarjeta figuraba ahí como moroso.

Frigoríficos de vacuno teníamos tres. Con uno que estaba en el sur de Córdoba, Huinca Renancó nosotros abastecíamos todo el interior hasta el paralelo 44 que más al sur no se podía ir con carne con hueso. Para eso teníamos un frigorífico en Viedma que abastecía con carne con hueso a los locales de Neuquén, Río Negro y Chubut. Y teníamos un frigorífico en la provincia de Buenos Aires, en Quilmes, en Bernal, que con ese abastecíamos todo lo que era Capital y Gran Buenos Aires. Entonces, por ejemplo, había que salir con un camión de carne hasta Tucumán. Y volver, había que ver cómo se hacía para que ese camión vuelva con algún producto.

 

Si bien el tamaño de la cooperativa llevaba a una facturación muy importante, estamos hablando de más de 20 millones de dólares mensuales, en aquel entonces teníamos ese tipo de inconvenientes, también para el control, sobre todo.

 

Además, la política que aplicaba El Hogar Obrero era: si una cooperativa del interior venía a pedirle la absorción, no se fijaba si era rentable o no era rentable. Colaboraba con esa cooperativa haciéndose cargo de las deudas y haciéndose cargo de los activos. Les doy un ejemplo. En los 80 abrimos tres locales en la provincia de Jujuy, uno en Libertador General San Martín, otro en Pueblo Ledesma, que es un pueblito donde viven todos los trabajadores del Ingenio Ledesma, y un local en El Talar, que queda a unos 100 kilómetros de ahí. Esos tres locales formaban parte de la cooperativa de los trabajadores del Ingenio Ledesma que solicitó la integración a El Hogar Obrero. La cooperativa no se fijó si era antieconómico o no tomar esos locales. Al Talar no todo el año se podía llegar porque se inundaba la ruta. Estamos hablando de la Argentina de los años setenta y ochenta. Pero EHO tenía esa política. De ayuda mutua, de integración, de acudir en apoyo a entidades hermanas que lo requirieran. Sabía que había otras actividades, otros locales que iban a compensar lo que a lo mejor no era rentable, si se prestaba un servicio a la comunidad.

 

Nosotros tuvimos un local en Piedra del Águila cuando se hizo el Chocón,[4] una localidad muy pequeña. Y ni siquiera el Estado habilitó un Banco Nación. El Hogar Obrero puso un local y ahí les pagaba el sueldo a los trabajadores de Hidronor, que era una empresa estatal que administraba la planta hidroeléctrica de generación de energía.

 

Esto en cuanto a la evolución de Supercoop. Me imagino que la organización de la cooperativa, con una magnitud tan grande, debía ser compleja.

 

NF: La cooperativa era gobernada por el Consejo de Administración, y tenía una gerencia general y distintas gerencias. Gerencia de contaduría, de consumo, de vivienda, etc. La gerencia de consumo estaba dividida en gerencias regionales, a su vez divididas por zonas geográficas. Entonces, por ejemplo, Córdoba tenía dos gerencias regionales, una en la ciudad de Córdoba y otra en Río Cuarto; La Pampa tenía otra, en Viedma había otra región, otra en Cipolletti, y así en todo el país. Pero todo convergía a la administración central.

 

A su vez, los supermercados no eran solo supermercados, sino que funcionaban muy parecido a las tiendas departamentales. O sea, la cooperativa tenía el supermercado con su línea de cajas y en otro espacio, podría ser un primer piso, o contiguo, según el local, tenía sectores de artículos del hogar, tienda, zapatería, farmacia, todos los rubros imaginados que en general los tenía con caja independiente. La operación de cada sede en contaduría se contabilizaba y administraba por región, sede y sector separada por rubros.

 

En cada sede había un sector consumo donde confluían todos los sectores comerciales, el supermercado, artículos del hogar, tienda, etc. y un sector de administración que además de recibir toda la recaudación y administrar la documentación del sector consumo también funcionaba como si fuera un banquito. Porque en la administración, la cooperativa tomaba ahorros de los asociados, que es con lo que también financiaba su operatoria, otorgaba los créditos para adquirir bienes, artículos del hogar, tienda, servicios de seguros, turismo.  Estamos hablando de una época que prácticamente nadie tenía tarjeta de crédito, entonces cada asociado que quería comprar, por ejemplo, una heladera, sacaba el crédito. No se la financiaba un banco, se la financiaba El Hogar Obrero.

 

La administración de cada local mandaba toda la documentación diariamente a la administración central, al departamento que correspondiera. Por ejemplo, la gerencia de consumo generaba las listas de cambios de precios y se las tenía que mandar por correo interno, porque no había, como hoy que le mandamos un mail o algo así. En aquel entonces, a lo mejor un cambio de precio salía de Buenos Aires hoy y a Salta llegaba pasado mañana.

 

En muchas sucursales, ¿estaba el Instituto de Educación Cooperativa (IEC) también?

 

NF:  Claro. En los locales más grandes, donde había espacio, o en locales que la cooperativa armaba para eso, se instalaba un IEC, que era el Instituto de Educación Cooperativa. Ahí se hacían toda clase de actividades culturales, cine, cursos, todo lo que se te pueda ocurrir. Cada IEC tenía un director, y ese director iba generando actividades con la comunidad. Y fue también una actividad muy importante.

En el aspecto recreativo, en la localidad de Luis Guillón en el gran Buenos Aires teníamos un campo de deportes de más de 40 hectáreas, denominado Alfredo Palacios. En la temporada de verano los hijos de los asociados y empleados podían concurrir a la colonia de vacaciones.

 

También para un mejor aprovechamiento de todos los productos, la cooperativa tenía una sección rotisería, tenía comedores a precios populares, que podía proveer de primera línea un producto muy bueno, a precios muy razonables.

 

Entonces, un local de la cooperativa era un centro de vida de la gente. El día que se cerraron los supermercados, en el año 1991, hubo gente que no sabía para dónde ir, porque salvo un auto, que fue lo único que El Hogar Obrero nunca vendió, vos podías hacer lo que se te ocurriera dentro de la cooperativa. Desde comprarte tu vivienda, hasta comprarte un kilo de pan, pasando por ir al Instituto de Educación Cooperativa, por ir al comedor, al campo de deportes, por tener un artículo del hogar, por contratar un seguro, por ir a hacer turismo, que se prestaba todo eso en la administración.

 

Entonces, era múltiple la actividad, y eso duró hasta marzo del 1991, cuando se produjo la crisis del Plan Bonex.[5]

Cuando el gobierno nacional decide incautar los depósitos y entregar Bonex a cambio, El Hogar Obrero tomó la decisión de entregar los pesos a cada asociado que lo requiriera, provocando una desfinanciación que un año después, con otra crisis a nivel nacional ante la devaluación que originó el inicio de la Ley de Convertibilidad, desembocaría en la crisis que derivó en la presentación en concurso preventivo de acreedores.

 

El Hogar Obrero, al momento de la presentación en Concurso sufría la falta de liquidez debido a que además de las crisis económicas de finales de 1989 y 1990 la recaudación era inferior a los retiros de los asociados, hecho que se podía revertir porque el patrimonio de la institución duplicaba sus deudas. Poseía bienes suficientes para hacer frente a sus obligaciones. La decisión de cerrar los supermercados y suspender parcialmente las actividades se tomó una vez presentado el concurso de acreedores porque se le dio prioridad al cumplimiento de las deudas.

 

La justicia resuelve que los asociados ahorristas eran acreedores quirografarios. Entonces la cooperativa presenta la propuesta concursal consistente en cancelar las deudas con el producido de la realización de bienes; para ello se confeccionan listados de bienes para los acreedores quirografarios (asociados, ahorristas, proveedores, etc.), otra lista de bienes para los acreedores privilegiados, quedando el resto como activo residual, para el futuro de la institución. En conjunto con la sindicatura concursal se designó al Banco de la Ciudad de Buenos Aires, administrador fiduciario de los bienes y encargado de las ventas de los mismos, mediante subastas públicas. Entonces se tomó la decisión de suspender parcialmente las actividades hasta que se pudiera cumplir. Se devolvieron locales que estaban alquilados y se le dio salida laboral a la inmensa mayoría del personal, concesionándolos junto con los locales.

 

El primer paso fue cerrar el local como actividad propia, pero concesionándoselo a alguna cadena, o a otra cooperativa, y con el local iba el personal. Entonces fue mínimo el personal de la cooperativa que quedó sin trabajo. Y a ese personal que quedó sin trabajo se le cumplió con todo lo que marcaba la ley en su indemnización.

 

Nosotros hemos visto cortar las calles de la ciudad de Buenos Aires por todo el mundo, nunca por un empleado de El Hogar Obrero. Y eso que éramos 14.000 en 1991. Justamente porque hubo un plan para que la gente no se quedara sin empleo y/o indemnización.

 

 

¿Cómo surge el proyecto nuevo? ¿Cómo es el vínculo con la Cooperativa Obrera?

 

NF: El concurso de acreedores llevó mucho más tiempo del necesario, ya que la justicia argentina no estaba preparada para un concurso de esta magnitud. Cuando terminó, en 2012, lo primero que decidió El Hogar por una cuestión de capital fue volver a los inicios, que era la construcción de vivienda. Se hicieron en el barrio cooperativo Paso del Rey, 152 unidades de vivienda con 6 locales. Después se construyeron dos edificios: uno en Humberto I y Maza en el barrio de Boedo, y otro en Humberto I 3225, San Cristóbal, ambos en Capital Federal.

 

Eso funcionó muy bien, se adjudicaron todos los inmuebles. Pero consideramos que las cooperativas de vivienda tienen su cometido mientras construyen la vivienda. Una vez que el asociado está en su casa ya no tiene mucho vínculo con la cooperativa.

 

Por eso, EHO en su momento había puesto las bocas de expendio en los edificios que construía. Mantenía al socio integrado a la cooperativa, trabajando con la cooperativa. Bueno, nosotros no estábamos en condiciones de iniciar la sección Consumo solos, porque en Buenos Aires no teníamos espaldas suficientes para abrir una cadena de supermercados por nuestra cuenta.

 

Entonces, durante esos años se fueron haciendo algunos estudios. Hubo una colaboración de algunos asociados que acercaron la idea de hacer ventas domiciliarias a través de internet. Pero bueno, estudiando el mercado vimos que las ventas por internet en el rubro alimentos hoy todavía no llegan al 5% de las ventas totales del sector.

 

Fuimos pensando otras alternativas y con la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca participamos en la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo, (justamente los dos fundadores fuimos El Hogar Obrero y la Cooperativa Obrera). Un día conversando, dijimos: nosotros tenemos ganas de incursionar de nuevo en el consumo. Bueno, nos pasamos algunos años pensando alternativas que pudieran ser lógicas, que pudieran durar en el tiempo, que no fueran para tres años, para cinco años, sino que fueran para siempre, o para el tiempo que nos supere a todos nosotros.

 

Y bueno, surgió la posibilidad de que como a EHO, de activo residual del concurso, le quedaron una interesante cantidad de inmuebles, ex supermercados que todavía siguen algunos alquilados a cadenas, o están con otra actividad, pero son locales que sirven como supermercado, hicimos un convenio marco de Integración con la Cooperativa Obrera , donde la idea es ir convirtiendo aquellos antiguos locales de El Hogar Obrero en actuales Supercoop, administrados por las dos cooperativas, por este acuerdo de integración. Entonces, el primer local que teníamos disponible nosotros era el de la avenida Independencia 456; un local que EHO tenía alquilado a otra cadena de supermercados. Nos llevó un par de años poder desalojarla porque se había vencido el contrato y no entregaba el local, ni pagaba el alquiler. Esto fue en junio del año pasado. Inmediatamente, sin haber firmado ningún contrato ni nada, empezamos a trabajar con la Cooperativa Obrera, que ya desembarcó y empezó a reformular el local, todo en base a la confianza mutua que nos tenemos como dos cooperativas hermanas con los mismos orígenes. Entonces, en agosto, firmamos los acuerdos. Se trabajó, se armó el supermercado.

 

En esta segunda etapa ya estamos abocados a poder habilitar el primer piso, porque el local tiene un primer piso que, en la etapa de los setentas, era para artículos del hogar, tienda, administración, farmacia. Una vez que nos habilite el gobierno de la ciudad, ahí podremos incorporar mayores servicios.

 

Un dato anecdótico, el local abrió el 17 de diciembre, con una inauguración que fue linda, sentida, porque la Cooperativa Obrera por costumbre cuando habilita un local invita al día anterior a los familiares del personal que incorporó para trabajar en el local, y les dio una bolsita del Supercoop con algunos productos de marca propia. La gente estaba muy contenta, las mamás, los papás, las parejas… y como ese local tiene un edificio arriba de 160 departamentos construido por EHO, repetimos la idea e invitamos a los habitantes del edificio. Claro, vos imagínate, pasaron 48 años desde que EHO había inaugurado ese local, la gente que venía a lo mejor era recién casada en el año 1976 cuando se inauguró, y bajaban emocionados, que iba a volver a ser nuevamente un Supercoop. Así que fue un acto muy lindo, muy sentido y al otro día, cuando se hizo la inauguración con las personalidades que vinieron, a la tarde, a las 5 se abrió al público. El personal del Supercoop recibió al público que entraba, los recibió con aplausos, con saludos y bueno, esa gente a medida que pasaba por la línea de cajas se asociaba. Ya asociamos unas 5.500 personas en lo que va desde el 17 de diciembre hasta el 31 de enero.

 

 

¿Cuáles son los próximos objetivos para el desarrollo de Supercoop?

 

La idea es, a medida que recuperemos locales hoy alquilados, convertirlos en los próximos Supercoop, estimamos 6 en los próximos años que tendríamos disponibles con el mismo formato que el que hicimos ahí en San Telmo.

Todo ello sin olvidar los proyectos de viviendas que tenemos en carpeta, esperando una mejora de las condiciones financieras, para que nuestros asociados, puedan adquirir y financiar sus viviendas.

 

¿Supercoop ya tiene algunos productos que son de marca propia?

 

NF: Claro, una de las primeras cosas que habíamos hecho con la Cooperativa Obrera y con la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo fue un acuerdo de uso, para que ellos pudieran utilizar la marca COOP que es propiedad de EHO. Eso ya viene desde hace unos 10 años, produciendo artículos del hogar y electrodomésticos con la marca COOP. La Cooperativa Obrera, por su cuenta, también tiene por ejemplo la, marca Cooperativa, Primer Precio, y otras más, que todas están ya funcionando en el supermercado.

 

Ya para terminar, y pensando en la perspectiva a futuro, por lo que contás, podemos concluir que el proyecto actual de Supercoop tiene una proyección de expansión importante

 

NF: Sí, seis locales en principio, propios, ello no quita que con el tiempo podamos incorporar otros.

 

 

Bibliografía:

 

Berreta, D. A. y Fernández Alonso, J. C. (2019). Más de 110 años en una única experiencia cooperativa El Hogar Obrero. Revista Idelcoop, nº 228, pp. 67-76, https://www.idelcoop.org.ar/revista/228/mas-110-anos-una-unica-experiencia-cooperativahogar-obrero

 

Plotinsky, Daniel (2024).  Cooperativismo. En Álvarez, Álvaro et al. Atlas histórico y geográfico de la Argentina: Economía II. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. https://www.fch.unicen.edu.ar/atlashyg/economiaII-ebook.pdf

 

Repetto, N. (1944). Lecciones sobre cooperación. Librería y editorial de la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo.

 

 

 

 

 

[1] Profesora Universitaria de Historia. (UBA). Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito y Archivo Histórico del Cooperativismo Argentino. Correo electrónico: millanmaru@gmail.com 

[2] Doctor en arqueología (UBA). Consejero titular de El Hogar Obrero. Integrante del Archivo Histórico del Cooperativismo Argentino.

[3] El análisis y testimonio de la Cooperativa Obrera será parte de una segunda entrevista prevista para la edición 246 de Revista Idelcoop.

[4] La Represa El Chocón es una central hidroeléctrica ubicada sobre el río Limay, en las provincias de Neuquén y Río Negro, construida por el Estado nacional a través de la empresa Hidronor, entre 1969 y 1977. Esa empresa estatal la gestionó hasta su privatización en 1993. 

[5] El Plan Bonex fue un plan económico implantado en diciembre de 1989, durante la presidencia de Carlos Menem, en un contexto hiperinflacionario. Consistió en el canje forzoso de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos denominados Bonex 89