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DOCUMENTOS Y DECLARACIONES
Discurso de Ariel Guarco en la Cumbre Social Mundial
Número 247 / Año 2025 / Por Alianza Cooperativa Internacional

Revista Idelcoop nº 247 - Noviembre 2025 - ISSN Electrónico 2451-5418 /  Sección Documentos y Declaraciones

Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa

 

4 noviembre 2025

Discurso de Ariel Guarco en la Cumbre Social Mundial

Alianza Cooperativa Internacional

Durante la Segunda Cumbre Mundial de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social, desarrollada en Doha, Catar, Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) participó de la mesa redonda “Fortalecer los tres pilares del desarrollo social: erradicación de la pobreza, empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, e inclusión social”.

Como organización acreditada ante el ECOSOC, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) tuvo la oportunidad de dirigirse a más de 40 Jefes de Estado y de Gobierno, 170 representantes a nivel ministerial, líderes de organizaciones internacionales, jóvenes y miembros de la sociedad civil, en una cumbre que reunió a un total de 14.000 delegados de todo el mundo.

Guarco, concluyó la mesa redonda recordando que 2025 ha sido declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de las Cooperativas, y destacando cómo esto permite al movimiento compartir perspectivas audaces sobre el desarrollo social y reflexionar colectivamente sobre un futuro sostenible.

 

Discurso completo del Presidente de la ACI:

Quiero traer el saludo de más de mil millones de cooperativistas de todo el mundo, representados en la Alianza Cooperativa Internacional. Este año que está acabando, declarado por Naciones Unidas como Año Internacional de las Cooperativas, bajo el lema, “Las Cooperativas Construyen un Mundo Mejor” nos permite aportar nuestra mirada sobre el Desarrollo Social y, pensar juntos un Futuro Sostenible.

En primer lugar, cuando hablamos de erradicar la pobreza hablamos de una tarea titánica. Más de mil millones de hermanos y hermanas viven en esa condición, que incluye no solamente vivir con menos recursos de los necesarios para comprar alimentos y otros bienes sino también, para muchos de ellos, sobrevivir en un hábitat extremadamente precario que impacta en la salud y la esperanza de vida de modo directo.

En muchos casos esta precariedad habitacional se interrelaciona con la violencia, los desplazamientos forzados y una mayor exposición a las catástrofes naturales.

Duele decirlo, pero la pobreza genera, además, muerte.

Revertir esa situación no depende solamente de que podamos ayudar a esas personas, depende de diagnosticar certeramente qué produjo y sigue produciendo ese flagelo. 

De nada servirá seguir discutiendo, en nuestro caso, el rol de las cooperativas para ayudar a la inclusión si el paradigma dominante en la economía global genera cada vez más excluidos.

Ahora bien, coincidimos en que el trabajo decente es el mejor vehículo para regenerar el tejido social y productivo roto en tantos lugares de nuestro planeta.

Sin embargo, solo una economía productiva, arraigada en los territorios, basada en principios y valores y orientada al bien común puede garantizar estos resultados.

Las cooperativas llevan estas características en su ADN. Lejos de ser empresas que practican ocasionalmente la responsabilidad social, son la responsabilidad social hecha empresa. 

En efecto, no somos ni queremos ser simplemente ambulancias que recogen a los heridos de otros sistemas.

La mayor virtud del modelo cooperativo no es su capacidad de incluir a los que han sido marginados, sino su garantía de dejar de generarlos.

Creemos firmemente en una nueva economía global, que permita a cada comunidad desarrollarse de manera autónoma, democrática y cooperando entre sí y con otras comunidades, como camino definitivo hacia un mundo justo, sostenible y en paz.